jueves, 16 de junio de 2011

Eugenia Sacerdote de Lustig---UNA DAMA ILUSTRE

Eugenia Sacerdote de Lustig
Por: Alfredo Leuco
Envío: Soy Bruma
                 El año pasado le hablé de la doctora Eugenia Sacerdote de Lustig.¿Se acuerda? Varios oyentes me pidieron que volviera a contar su historia en homenaje al día de la mujer. Ella se hizo famosa entre comillas cuando la línea 80 la nombró pasajera ilustre y le dio un pase de por vida. Era un premio a su constancia de viajar todos los días en ese colectivo a su trabajo como jefa de investigación del Instituto de Oncología Angel Roffo.
Por aquel entonces, la venerable mujer tenía
90 años.
Esa anécdota ciudadana disparó la curiosidad de los medios y muchos conocimos la vida ejemplar de la doctora Eugenia. Su esfuerzo, su sacrificio cotidiano de lucha.
Nos enteramos que esta señora que podría ser la abuela de cualquiera de nosotros, con el cabello totalmente blanco y que andaba lento como perdonando al viento tiene en su guardapolvo de investigadora a su orgullo mas grande.
Después fue declarada ciudadana ilustre de Buenos Aires e inmigrante ilustre del Piamonte, la patria chica de Italia donde dejó parte de su familia. La doctora desciende de los barcos como tantos argentinos. Tenía 25 años y una hija en sus brazos que cumplió un año en plena travesía en el medio del océano.
Llegó al puerto con sus valijas de cartón y con la esperanza de construir una nueva vida en un país libre y democrático, lejos del fascismo de Mussolini que manchaba su tierra querida.
Mientras aprendía a cantar y a bailar el tango, se dedicó a combatir otros males tan terribles como el totalitarismo del Duce: enfrentó la peor epidemia de polio que tuvo la Argentina antes de que se descubriera la vacuna Salk.
Y como si esto fuera poco le declaró la guerra científica al Mal de Alzheimer y el cáncer.
Ese maldito cáncer, tal vez como revancha le fue erosionando la vista. Sus ojos comenzaron a nublarse hasta la ceguera absoluta. Por eso dejó de viajar en colectivo y ella, tan corajuda, empezó a tenerle miedo a los escalones que es lo imprevisto que sube o que baja. Pero una remisería vecina la empezó a llevar de aquí para allá, porque ella es un tesoro de todos que todos tenemos que cuidar.
Tenía 90 años y seguía cumpliendo con su vocación y obligación. Dirigía a los jóvenes biólogos en su análisis del transplante neuronal en las ratas de laboratorio. Era admirable su cargo de investigadora del Conicet.
La doctora Eugenia recibió el premio Hipócrates que es la más alta distinción que un médico puede recibir en nuestro país y eso no la transformó en mármol ni en bronce. Se mantuvo de carne y hueso y ni siquiera se volvió formal o aburrida.
Era la más chistosa del trabajo. La encargada de celebrar los cumpleaños de sus compañeros, de homenajear la vida compartiendo al mediodía una porción de tarta y una mandarina de postre.
La Nona sabia inoculó en la sangre torrentosa de sus hijos y nietos el amor por la educación, la excelencia y la honradez.
Ella sigue estudiando aún hoy que tiene, escuche bien por favor, aun hoy, que tiene 100 años.
Esta maravilla de la humanidad tiene dos adicciones: los libros y la quesería donde compra los manjares que la acercan a su infancia como la mozzarella de Búfalo o el delicioso mascarpone.
A los 100 años, la doctora Eugenia, mezcla milagrosa de neuronas y sensibilidad solidaria es considerada una reina madre por sus discípulos. Ella que fue discípula de Bernardo Houssay, uno de nuestros premio Nóbel.
Es una pachamama que cruza los genes italianos con los judíos y protege todo lo que toca.
No se enoja nunca. Sonríe siempre. Dice que esa es su fórmula para cumplir un siglo en paz y armonía con todos. Esta orgullosa porque fue reconocida como “Prócer de la medicina bicentenaria”, un diploma de honor, que le entregó otro oncólogo honesto como ella, el ex presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez.
Hoy la doctora Eugenia tiene 9 nietos y solo se lamenta que la ceguera no le haya permitido conocer la cara de sus 4 bisnietos. Escucha radio y tiene un software que le lee los diarios. Ella insiste en que está ciega.
Sin embargo yo tengo la sospecha que su mirada va mucho mas allá de lo que uno puede suponer.
Mira con el cerebro y con el alma. Es un siglo de mujer y orgullo.

EL PAÑUELO, NO SE MANCHA

-El pañuelo no se mancha
Por Alfredo Leuco



 
Una vez más Hebe Bonafini se equivocó brutalmente. Ayer dijo que no iba a hablar de puteríos cuando le preguntaron sobre el escandaloso alejamiento de Sergio Schoklender de la Fundación de la Madres de Plaza de Mayo que dirigía.

Bonafini se equivoca porque tiene la obligación de hablar y de dar explicaciones como cualquier hijo de vecino. Todo el mundo sabe que vienen manejando fortunas de fondos públicos que son de todos los argentinos. Y que con el ridículo escudo de no darle pasto a la derecha resolvieron no rendir cuentas jamás, no mostrar balances ni papeles y moverse en el mundo empresarial con una absoluta falta de transparencia.
El 12 de marzo del 2003 yo hablé por última vez con Hebe Bonafini. Hace ocho años. Nunca mas me atendió porque ese día denuncié que Schoklender a quien consideraba un hijo había sido detenido conduciendo un auto con papeles falsos. Hebe no aceptaba ni acepta ninguna crítica. En esa misma época renunció a la Universidad de las Madres un intelectual impecable y luchador por los derechos humanos como Vicente Zito Lema.
El pegó un portazo espantado por el rol que Schoklender estaba teniendo. Dijo textualmente: “Me resisto a que ningún infausto monje negro reviva en nuestra institución una suerte de lopezreguismo”. No fue alguien de la derecha pro militar el que encendió esta luz de alerta. Fue un escritor claramente de izquierda, perseguido y exiliado como Zito Lema.

Y no utilizó cualquier metáfora. Habló de lopezreguismo con todo lo que eso lleva implícito de delincuencia y de muerte. Sin embargo, muchos artistas populares y militantes del progresismo prefirieron mirar para otro lado o condenar a los mensajeros que dimos esta información, repito, hace 8 años.

Néstor Kirchner se proclamó hijo de las madres y las abasteció con millonarias sumas de dinero sin que nadie pudiera controlar como se usaba y que destino se les daba. La AFIP que es tan puntillosa en perseguir evasores debería informar cual es el estado del pago de impuestos de la Fundación conducida con mano de hierro por Schoklender.
Cada tanto se fueron conociendo sus gastos insólitos y extravagantes más propios de un jeque árabe que de un dirigente de una ONG que ganaba alrededor de 5 mil pesos por mes. Vive en uno de los countries mas lujosos, compró una verdadera mansión, se movía en aviones privados carísimos como si fuera suyos y, como si esto fuera poco, se peleó con su propio hermano Pablo por la forma en que manejaba los fondos para la construcción de viviendas. Es bueno recordar que, si bien ya pagaron su deuda con la justicia, los hermanos estuvieron presos no por un robo de gallinas o por una contravención menor.
Fueron encarcelados por haber asesinado a sus propios padres y jamás dieron su versión sobre aquel parricidio que hace 30 años conmovió a la Argentina. A esta altura las declaraciones públicas de Sergio y de Hebe defendiendo al terrorismo de la ETA o a Bin Laden y el apoyo a Mahmud Amadinejad, el jefe de la republica islámica de Irán que niega el holocausto nazi son brulotes nefastos que iluminan mas todavía la poca transparencia de sus acciones comerciales. Schoklender y la fundación deben ser investigadas a fondo.
La propia presidenta Cristina Fernández inauguró parte de las 4.800 viviendas que han construido con dineros del estado nacional. La ex ministra de economía Felisa Miceli es la administradora general y también debe rendir cuentas. Ella además se tuvo que ir del gobierno cuando le encontraron en su baño una bolsa llena de dinero que no supo, no quiso o no pudo explicar. Es muy grave todo esto que esta pasando. Soy conciente que debe ser muy difícil sobreponerse al dolor más terrible al que puede ser sometido un ser humano: la desaparición de sus hijos.
Soy conciente que muchos por mucho menos, enloquecerían. Pero la tragedia no puede ser un certificado de impunidad ni de inmunidad. El desgarro no da fueros. La impunidad es como la muerte. No hay ninguna buena. Además la historia nos enseñó a los argentinos que se puede ser implacable en el combate por la verdad y la justicia sin perder la honestidad y la ética. Todo lo contrario, los más grandes luchadores por los derechos humanos deberían ser los primeros interesados en que todo esto se aclare. Que se castigue a los que cometieron delitos y que se mantenga limpia la lucha de tantas madres y abuelas honestas y valientes. Para que ese pañuelo blanco siga inmaculado. Para que pese a todo nada ni nadie lo pueda manchar. Ni

lunes, 6 de junio de 2011

RICARDO ALFONSÍN, ADELANTE CON TODO

El hambre de Alfonsín
Escribe: Alfredo Leuco
Un peronista que fue gobernador me dijo que lo bueno de Alfonsín es que tiene hambre. En la jerga de la política eso significa que, igual que su padre, tiene vocación de poder, quiere ser presidente y busca vencer a Cristina por todos los medios legales a su alcance. Eso tiene un valor. Querer ser. Poner todos los huevos en la canasta es una condición necesaria para poder llegar. No asegura el triunfo de nadie.
Pero sin ese fuego sagrado nadie triunfa. No es un pecho frío.
Lucha contra viento y marea. Toma decisiones y sorprende. Hace política, mueve piezas, imagina aliados y escenarios.
 La fórmula con Javier González Fraga, un economista que siempre combatió a Domingo Cavallo y tiene prestigio en el mundo productivo es un complemento que le suma. González Fraga hasta hace poco estuvo ligado a Eduardo Duhalde y a Roberto Lavagna. Se alejó porque no le gusta la cercanía de Mauricio Macri. Su hermana ha sido la compañera de muchos años y hasta las últimas horas de Ernesto Sábato.
Tiene fama de honesto y de empresario lechero exitoso. Alfonsín de un plumazo sacó de los diarios el título negativo de su ruptura con Hermes Binner. No se quedó llorando la pérdida al lado del camino.
Tragó saliva, dijo ya fue y fue para adelante. Tiene hambre como me dijo el ex gobernador peronista.
 Otra vez el radicalismo va a las elecciones acompañado por un peronista como lo hizo en su momento con Gerardo Morales de vice de Lavagna. Y otra vez el socialismo no participa de ese acuerdo como cuando Rubén Giustinniani fue segundo de Elisa Carrió.
Alfonsín superó así una difícil prueba que se le vino encima y no esperaba: la negativa de Hermes Binner. Era su sueño, su compañero de fórmula ideal. Desde los matrimonios universitarios entre la Franja Morada y el Movimiento Nacional Reformista que vienen sembrando juntos en el campo de la socialdemocracia. "Somos primos hermanos", dijo Alfonsín en su momento cuando se sacaban una foto por semana con el gobernador de Santa Fe.
De hecho han demostrado que pudieron conformar un frente progresista exitoso a la hora de gobernar la provincia y que hasta ahora tenía muchas posibilidades de volver a ganar. Digo hasta ahora porque nunca se sabe que pasa con una sociedad cuando se abre una fisura. Algunas se congelan y se mantienen los acuerdos de otro tipo y otras van abriendo cada vez mas la brecha hasta que se divorcian.
 Ayer Alfonsín lo dijo claramente: si Binner va como candidato a presidente de otro frente estaría cometiendo un error. Eso todavía no está resuelto. Los socialistas y radicales santafesinos quieren preservar el territorio y saben que si Binner se asocia a Margarita Stolbizer, Pino y De Gennaro todo se puede ir al demonio.
Habrá que ver. Alfonsín mañana mostrará su primera foto a los besos con Francisco de Narváez. ¿Quién los ha visto y quien los ve? No los une el amor.
Los une el espanto a quedar afuera de todo y a perder por paliza una elección. Eso no quiere decir que la cosa no funcione.
Se necesitan mutuamente. Se supone que Alfonsín será un imán para la centro izquierda moderada y republicana y que De Narvarez para la centro derecha democrática y de gestión. Radicales y peronistas aportando al mismo proyecto de ponerle límites al avance kirchnerista. Un ex vicegobernador radical me dijo: salvando las distancias, Pepe Mujica llevó como compañero a Danilo Astori y Gonzalez Fraga es más progresista que Astori.
Coincidimos en que Alfonsín no tenía la trayectoria de lucha de Mujica pero la comparación tal vez los ayude en la campaña. Por ahora muchas cosas siguen abiertas pero algunas se van cerrando. Alfonsín tendrá un vice y un candidato a gobernador en la provincia de matriz peronista.
A lo que tienen hambre, como Alfonsín.